jueves, 29 de octubre de 2009

Luz, cámara y acción

Sandra espérame... me dijo mientras corría detrás mío.
'C' ya es tarde, no vamos a llegar a la función - le dije.

Entramos al cine y vimos una película impregnada de americanismos, de clichés, de risas, de aquella fastuosa industria cinematográfica gringa... cuando la película estaba en el minuto 100, entendí porque habíamos decidido verla. Volteaba y miraba a 'C' y no podía detener mi desvergonzada risa, esa tonta película americana me estaba dando una lección:

1. Cualquier película es excusa para pasar unas horas con tu mejor amigo.
2. Fue el perfecto pretexto para quedarnos luego de la función conversando de nuestras relaciones pasadas, de mis erróneas demostraciones de amor, de aquellas relaciones fallidas que de alguna manera penetraron nuestras almas y de aquellas cicatrices que intentamos seguir borrando.
3. De nuestras decisiones.
4. De que estar solos tiene precio, que estamos pagando por ello, pero que disfrutamos tomar nuestras decisiones, que elegimos lo que queremos ser, que somos un par de veinticincoañeros disfrutando de sus lecciones y que estamos dispuestos a volar cuando queramos hacerlo.

Tal vez reflexione más que él, probablemente para él fue una película más que quedará en el olvido, pero sus palabras hicieron que pudiera seguir evaluando mi vida, hay veces me olvido que las decisiones que uno toma tienen consecuencias días, meses o años después. Perdí la noción del tiempo, recordé que estaba sola, hizo que me interrogara nuevamente si soy capaz de iniciar una relación con alguien, me pregunté si había ese otro "alguien", no sé, que sé yo, si hay alguien yo no lo veo, porque aún se esconde entre los bosques de un futuro y las nubes de mis indecisiones.

Sandra, ya me voy, mañana tengo que trabajar temprano - me dijo 'C' y se despidió. Lo abracé y le dije ... Oye, Te quiero, hablamos mañana.

Luz, cámara y acción ...

Tú eres mi espectador ...


martes, 27 de octubre de 2009

La Laguna Azul


Traté de guardar silencio … solo atiné a descubrir mis ojos que estaban resguardados por unos lentes de sol, aquel paraíso tenía que ser observado directamente.

No pude evitar perderme entre los más verdes árboles y entre aquella tranquilidad que difícilmente cuentan mis días habituales, la laguna me hablaba, me contaba su historia …

Quisiera regresar y perderme de nuevo entre los pensamientos de aquellos moradores, entre la selva peruana y la Laguna Azul, entre ese paraíso que me brindo por unas horas la paz que sientes cuando no te importa el siguiente segundo, cuando solo estás ahí, donde no importa qué pase después.

Miré a mi alrededor y tenía a mis dos mejores amigos sentados observando absortos lo que la naturaleza nos ofrecía, nos miramos y sabíamos que no queríamos volver a nuestra caótica Lima.

Quisiera poder tener más domingos como ese, donde el tiempo se detiene, donde levantarse a las seis de la mañana no resulta difícil si a tu lado tienes un par de mariposas que pululan en tus oídos y te solicitan que te levantes a observar la majestuosidad que tienes a tus pies, si al salir de la puerta de tu habitación encuentras una hamaca que espera ser irrumpida, solo espero volver … sí, volver al mismo lugar y con la misma compañía.

miércoles, 7 de octubre de 2009

Camino final


Dos almas solitarias caminan al patíbulo y su final se acerca

Sin más sueños que los recuerdos de ayer

Rebosantes de tentaciones que recorren el sendero de sus decisiones

Para transformarse en imaginaciones latentes de perecederas estrellas fugaces

No cambiaste y no lo harás nunca

Sigues siendo el mismo, el mismo de ayer …


"Añorar el pasado es correr tras el viento"

Parte IV: El final

“Ella” caminaba por las calles miraflorinas en busca de un regalo para Mafer. Salió decepcionada de una tienda porque nada resultaba suficientemente interesante, decidió hacer una parada estratégica, necesitaba un par de cigarros. Mientras intentaba prender uno de ellos con un encendedor prestado, alguien le tapo los ojos, “Ella” se puso nerviosa, voltio rápidamente, y sí, era “´Él”.

No se habían visto en varias semanas, esa noche calurosa en aquel hotel limeño se habían quedado en vagos recuerdos, “Él” no la había llamado y “Ella” orgullosamente tampoco lo había hecho.

Irónicamente “Ella” se puso nerviosa, no sabía qué decir porque la última imagen de “Él” que “Ella” recordaba y latía en su cabeza era la de un hombre echado semidesnudo a su lado.

“Él” la invitó amablemente a tomar un café, conversaron, “Ella” no podía evitar reírse, siempre resultaba grata una conversación con él. Pasaron los minutos y se hacía un poco tarde, la noche anunciaba su llegada.

“Ella” notaba que “Él” no la miraba a los ojos en ciertos momentos, hasta que decidió preguntarle: “Te pasa algo?”. Él la miró y le dijo: “Sí, me caso en 6 meses”.

El mundo se derrumbó en sus manos, las paredes se desprendían y las luces se apagaban, los carros dejaron de transitar, los sonidos se extinguieron, “Ella” se sientio más pequeña, la cabeza le iba a explotar, qué estaba sucediendo?, “Ella” no pidió explicaciones, no tenía el derecho a solicitarlas. Lo abrazó y lo felicitó y le dijo: “Tengo cosas que hacer, perdón pero no puedo quedarme más tiempo. Suerte y nos vemos ponto”.

“Ella” lloró todo el camino a su casa. Fue en ese momento donde se dio cuenta que estaba enamorada de “Él” y que era demasiado tarde.


Y así acaba esta loca historia, simplemente así.

martes, 6 de octubre de 2009

Hoy te extrañe ...

Abrí la puerta. Estabas inundado en tus lágrimas, traté de escucharte, pero tu voz resquebrajada no me dejaba descifrar el sentido de las oraciones, tu voz destrozaba el lenguaje y la comunicación entre nosotros era imposible… solo atiné a abrazarte a preguntarte que había sucedido…

Me miraste y tus ojos dibujaban la tristeza más profunda que nunca antes había presenciado. Sus labios se abrieron y un eco golpeó mi cabeza: “Mi papá acaba de fallecer”, no sabía que decir, no entendía que sucedía, estaba en un mundo paralelo, quería despertar de esa pesadilla…

Segundos más tarde reaccioné y entendí que era real la noticia, solo que no podía procesarla.

Me desconecté del espacio y del tiempo, inmediatamente se recreó en mi cabeza la imagen del día anterior … sentada en la casa de Rafael en una parrillada con toda su familia.

Ese día su papá me había tomado la mano justo cuando intentaba hacerme un chroripan, me miró y me dijo: “Sandrita, si yo hubiera tenido una hija mujer, definitivamente, hubiera sido como tú”. Lo miré y lo abracé como si fuera mi papá y le dije: “Tío, yo soy tu hija”.

Yo amaba al papá de Rafael, era el papá de un amigo de la infancia, pero su dulzura, su serenidad y su mirada, me hacían recordar a mi abuelo, mi Tío Carlos era bastante mayor y sentía que si mi abuelo viviera sería como él.

Hoy lo recuerdo como si fuera ayer, siempre sonriendo y leyendo a Borges los domingos por la tarde…

jueves, 1 de octubre de 2009

Soy un alma desnuda ...

Era martes y mientras que conversaba con unos amigos, uno de ellos me miró fijamente y me preguntó: “Sandra, por qué escribes en un blog, te gusta contar tus intimidades?”, entre titubeos no supe que decir, atiné a alzar la voz y decirle: Solo, me gusta escribir…

Esas palabras marcaron mi noche, traté de responderme, de comprender por qué escribo, por qué comparto mis emociones, mis miedos, mis ilusiones, mis secretos, mis tácticas, por qué? Tal vez por ese morbo inconsciente que me sobrepasa, por qué, de repente, quizás… quiera que alguien me lea, que alguien comparta lo que estoy diciendo, que alguien se identifique conmigo, no lo sé.

Solo tengo esa necesidad, esa inexplicable sensación de expresar lo que siento, de contarles lo que no me atrevo a decir cara a cara, tal vez sea una forma de confesar mis culpas, de perdonarme, de aprender, de ser libre, de no guardarme más preguntas, de ser capaz de sentir y decirlo …

O creo que simplemente solo quiero que me conozcan, que me comenten, que sepan que existo y saber que existen.

No les miento, a ustedes jamás podré hacerlo, ustedes me conocen … saben quién soy o quién intento ser día día, tal vez no sepan cuál es mi color favorito, o que prefiero un helado a un pastel, que me encanta dormir antes que ir a trabajar y que lloro de todo …

Pero si conocen a la Sandra melancólica, a la que se tropieza, la Sandra que cae y se levanta, la que reflexiona, conocen al intento fallido de escritora …

Soy un alma desnuda ante ustedes …

Me hacen bien ….