domingo, 24 de abril de 2011

Confesiones de una tonta enamorada

¿En qué momento nos enamoramos y en qué momento dejamos de estarlo? Son aquellas preguntas que vienen y van hoy por mi cabeza.

No sé si existan el momento preciso en el cual una persona pueda admitir y decir, desde hoy estoy enamorado, no sé si sea un evento tan determinado en el tiempo que te permita decir con firmeza, hoy estoy enamorada, ayer no lo estaba. Como muchas cosas en la vida, es un proceso, en el cual solo sucede, no sabes ni cómo, ni desde cuando y es así que muchas veces no se puede advertir que la llegada de aquel Tsunami llamado amor.

Todos somos distintos, pero definitivamente, las mujeres compartimos esa vertiginosa forma de amar, de entregar hasta el hueso más pequeño de nuestra adornada estructura ósea.

Es tal vez como aquel día que terminaste exhausta por el agobiante trabajo de oficinista que tienes, en el que al llegar a tu casa solo arrastras tu cuerpo con dirección a tu poderosa cama y disparas fulminantemente aquellos tacos 9 que usas todos los días con el solo objetivo de echarte y acabar con aquel martes petrificante, cuando de pronto suena tu celular y claro reconoces que es EL porque tonta tú, sí tú, le pusiste un ringtone especial. Contestas el celular como si salieras recién de un masaje descontracturante, relajadísima, claro piensas tú, sí tú, no puede escucharme de bajo ánimo, todo lo contrario, yo soy su batería duracell. Comienzas con HOLA, COMO ESTAS, sin mas EL te dice, OYE VAMOS A VER UNA PELA, y en ese instante introduces tu cansancio en una bolsa negra de basura, respiras y dices sí claro me cambio y listo.

Sí, es así como amamos, nos olvidamos de los cansancios, del trabajo, de si tal vez desaprobaste ese día un examen, o si te choco un taxista tu carro nuevo, es dar solo por dar.

Es tal vez, no tener ni un dólar en la cartera, pero se acerca el cumpleaños de la hermana menor, y de donde sea, llámese, agarras tu tarjeta de crédito que esta a punto de explotar de deudas y vas a la mejor tienda a comprar, claro está, el mejor regalo.

Si pues, así somos, así soy, aquella que entrega el un millón por ciento, sin poder entregar mas porque ya no existe más. Sin calcular, sin premeditar, sin exigir.

Pero en algún momento, acabas por cansarte, te esforzaste tanto y quisiste tanto, que cuando no recibes aunque sea un caramelo de amor, terminas por aburrirte y sumergirte en la mas profunda decepción.

Asi es señores, una raya mas al tigre de bengala que duerme al lado derecho de mi cama.

viernes, 15 de abril de 2011

Dulce Espera

Carla y Manuel salen juntos hace menos de un año. Carla es dulce, analítica y práctica. Manuel es un niño-hombre, aquel que día a día intenta descifrar su futuro, tal vez porque los años que pesan sobre él no han logrado encaminarlo en la autopista correcta.
A ella la conocí poco menos de 6 meses. Pero resultaba que era amiga de mi mejor amiga, ellas habían viajado juntas y es por eso que a través de Mafer, yo ya había tocado sus pensamientos.

Carla está embarazada, tiene 5 meses, le duelen los pies, cada día descifra su cuerpo y su barriga crece más. Manuel, sigue perdido, no sabe qué hacer y tiene miedo.

Por casi dos meses, él desapareció, y ella entendió que no necesitaba de su compañía para disfrutar de la etapa más maravillosa de su vida. Ahora han pasado varios meses y él trata de enmendar los errores del pasado.

Nadie sabe qué sucederá entre ellos al final, yo solo quisiera poder imaginar el rostro del niño que en algunos meses nacerá.



foto: www.absolutitalia.com/.../2010/06/abortos.jpg

lunes, 21 de febrero de 2011

...

Es tan devastadora la forma en que me miras
Y tan hiriente la manera en la cual me hablas.
Tus susurros de convirtieron en sables peligrosos…
Tus caricias ya no saben a miel,
Mis mejillas perdieron su color y comenzaron a almacenar lágrimas manchadas de adiós
Tentaciones, tú, yo, ayer…
Desaparece porque si te quedas un día más, nunca te volverás a marchar.

viernes, 4 de febrero de 2011

La noche de ayer

Tan solo eran las 3.40 de la madrugada cuando me levantó el sonido de los golpes del viento en la ventana de mi habitación. El sueño había cobrado venganza y se desvanecía. Giré mi cabeza y prendí mi celular, comprobé la hora, me di media vuelta e intenté recobrar el sueño perdido.

Mis ojos estaban cerrados pero era imposible descansar, me imaginé que despertaba de una pesadilla y que por eso mi inconsciente no quería sumergirse nuevamente.

Prendí la luz de mi mesa de noche, tomé el libro que me acompaña por estos días y continúe mi lectura, intentando aprovechar esa madrugada.

No pude recobrar el hilo de la lectura, empecé a recordar mi pasado, en las cosas que hice y en aquellas cosas que deje de hacer, pero sobre todo en lo que quiero hacer. Recordé a la chica de 20 años que se enamoró por primera vez y la comparé con la mujer de 26 años que se ha vuelto a enamorar.

Sonreí imaginando y solloce recordando, me prometí a mi misma reconocer y confesar mis miedos, Sí, una vez más.

Fue una noche singular, una noche de reencuentros, si un reencuentro con mi ex -yo.