miércoles, 15 de abril de 2009

Mis mil y un risas

Solo basto que llegara un correo a mi bandeja de entrada para que comience con este post.

Simplemente fue la esencia iluminadora de mis pensamientos, ese musa disfrazada de hombre, esa cereza al final del helado, o tal vez ese grito extasiado cuando llegas al orgasmo. No lo sé. Solamente sé que luego de varios días con la cabeza vacía sin ideas para escribir, sin inspiración nata, solamente llena de aquellos engorrosos contratos que día a día veo en mi calidad de pseudo-abogada (pseudo, no porque no me considere una buena “asistente legal”, pseudo no porque no tenga título y sea una reciente egresada, sino pseudo porque no me consideró una abogada de corazón solo un intento).

Me dijo, imagina tu risa… sí tu risa.

Sin embargo, a mi mente vinieron recuerdos, me imaginé la risa de mis amigos, de los niños cuando juegan, de mi mamá cuando ve una película o cuando simplemente se ríe de la vida, la risa de mi padre que nunca deja de existir.

En un intento narcisista de imaginar mi risa, me di cuenta que no solo existe una risa, tengo varias formas de reír y de demostrar mi alegría, de burlarme, de ser cómplice.

Está la risa nerviosa, que nace cuando me descubrieron, cuando no sé qué decir o cuando estoy frente a esa persona que me pone nerviosa, la que logra que mi mente se ponga en blanco y no pueda decir nada más que emitir sonidos temblorosos que se convierten en ecos sonrientes.

La risa carcajada, aquella que salió después de un chiste, la que emerge en el cine, o tal vez, después de una tarde de cafés con mis amigos hablando de nada y a la vez de todo.
La risa de felicidad, la sonrisa después que alguien te dijo yo también te quiero, la que sale cuando llegas a tu casa después de una noche espectacular o cuando recuerdas momentos de placidez.
La risa tonta, la que surge cuando no sabes que decir y solo ríes para cubrir ese hueco en la conversación.

La risa burlona, si aquella que emites cuando alguien se cayó y no puedes evitar reírte hasta llorar, no por la desgracia ajena sino porque piensas que te pudo pasar a ti.

La risa compromiso, esa risa que debe nacer que no puedes emitir pero el conjunto de personas que te rodean te obligan a producirla.
Y mil y un risas más que comparten mi día a día…

Los incentivo a reírse a ser cómplices de sus propias vidas, a reírse de sí mismos …. Escúchenme rio ahora y es por ustedes…



3 comentarios:

La ChOLa dijo...

jajaja me dio "risa" y fue una verdadera.....

de vuelta y vuelta dijo...

Tú sabes que lo mejor es sonrier, es el remedio perfecto para olvidarte de todo!! así que a robar risas girl.. bs

Omar Méndez dijo...

El intérprete eres tú sandrita,

Una vez un profesor me dijo que su máxima satisfacción profesional era ver a un niño sonreir.

Era lo suficientemente loco para creerle.

Habla de las risas y disparas!