lunes, 31 de agosto de 2009

El amigo de "Ella" ***Parte I***

Capítulo 1: Encuentros Cercanos

“Él” era amigo de “Ella”, “Él” era chico impetuoso, que “Ella” conoció años atrás en sus primeros ciclos de universidad. Entre separatas y encuentros en los pasillos se conocieron. “Él” era un chico desaliñado, extrovertido y ambicioso; “Ella”, una chica –en esos años- no tan extrovertida como lo es ahora, extremadamente ordenada, estudiosa y muy habladora.

Fue así como nació la amistad, pasaron los años y con ellos, los ciclos de su amistad, ha veces más intensa y otras veces más casual, pero siempre amigos.

Las conversaciones siempre fueron exquisitas, no importaba el tema; relevante en muchas ocasiones, y otras circunstancial, entre el cosmos, la constitución, las comunicaciones, la fotografía, la literatura, el cine y demás pasaron los años.

Pasaron algunos años y “Él” se desvaneció, probablemente porque “Ella” tenía ocupada sus días y noches en una relación muy pasional.

Algunas primaveras transcurrieron, y “Él” volvió a aparecer pero convertido en un hombre más seguro, más imponente y diferente. En realidad, nunca desapareció solo que ahora se convertía en protagonista de la historia de “Ella”. Todo empezó de nuevo, las conversaciones, los cafés …

Una noche se encontraron en una fiestecilla limeña.

Conversaron, bailaron y se besaron … Fue ahí donde comenzó la adición … se volvieron adictos a sus más intensos y desgarradores deseos de poseerse una y otra vez.

Cuando la vida te ofrece un sueño que supera ampliamente cualquiera de tus expectativas, no es razonable lamentarse de su conclusión”

Bella en “Crepúsculo”


Este post forma parte de una historia creada en la cabeza de la narradora, si existe algún parecido a la realidad espero no herir susceptibilidades.

Es la primera parte de una historia que identificará a muchos de los lectores.

domingo, 16 de agosto de 2009

Lamentos silenciosos


El tiempo selló mis labios
la sentencia del silencio penetró mi pecho
y el frío de tus lamentos entumecieron la línea delgada ubicada entre mis piernas.

Arrastrándome intente continuar y seguir el camino que marcaba el aullido de la loba madre
pero mis inquietantes imperfecciones desconcentraron la intensa mirada de mi objetivo